Lumensolis

No se sabe muy bien datar la fundación de Lumensolis, pero en torno al 600 CE se consideraba un núcleo importante de personas. Su origen es como el de cualquier otro en Guroalt: familias de distintas razas se juntan en un territorio salvaje expulsadas de sus hogares en territorios aún más salvajes. Esta unión no es sino un intento de protegerse ante las adversidades del entorno más que por afinidad.

Como era de esperar, en los primeros años hubo disputas por ver quién era el que imponía su liderazgo sobre el resto; y no solo por los que ya se habían asentado allí, sino también por los que llegaban nuevos. Las peleas entre familias humanas y clanes semiorcos no era su único problema. Por la zona vivían varios asentamientos de goblins cuyo estilo de vida consistía en asaltar y saquear las zonas colindantes. Y no era para menos, estaban en uno de los zarcillos de Guroalt y la localización era perfecta. A su espalda les protegía la Montaña Roja y ante ellos se abría el Mar Rhasubeo con su archipiélago aún sin nombre.

En torno al año 563 CE un batallón de goblins bien preparados y equipados los atacaron. Cansados de ser asaltados una y otra vez decidieron unir sus fuerzas juntando a los más fuertes y valientes de cada familia: Za’deb Lukuf, bárbara, lideraba los clanes semiorcos; Laris Dayore, guerrero, y Brasneth Gormafrea, campeón de Yuseth, lideraban las familias humanas. No les fue fácil acabar con los goblins, y tras dos días interminables de constante enfrentamiento que trajo muchas bajas a ambos bandos, humanos y semiorcos se alzaron con la victoria con las últimas luces del segundo día. Tras poner así fin a las luchas entre las familias y clanes, nombraron a los tres líderes como los Sacros Protectores con Laris como corifeo, ya que fue él quién dio el golpe de gracia al cabecilla goblin. Al caer la noche llegaron los bailes y las celebraciones por parte de todos, menos por Za’deb y su segundo, Húrgul Baagrog, ya que conocían la verdadera historia sobre la victoria de su recién proclamado líder.

Laris y Brasneth llegaron justo a tiempo para ver cómo Za’deb asestaba el golpe de gracia. Los humanos no permitirían que los semiorcos, menores en número que ellos, fueran los que se llevaran la gloria, y menos que fuera una semiorca quien se llevara todos los méritos. Amenazaron a Za’deb y a Húrgul de morir allí mismo si no contaban que fue Laris el verdadero asesino del goblin. Za’deb no pudo negarse ya que se aproximaban a ellos el resto de guerreros humanos.

Húrgul juró a Za’deb esa misma noche que aunque tuvieran que pasar mil años los humanos pagarían por ello, y que un día los semiorcos lograrían su venganza.

Los años pasaron y las nuevas generaciones fueron haciéndose un lugar en el mundo. Uno de los últimos edictos del triunvirato original fue unir a todas las familias y clanes bajo un mismo nombre: Lumensolis.


Imagen: Lake Side por FrankAtt.

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