Orígenes
Los ecos de una realidad rota y devorada por un mal innombrable resonaron hasta las tierras de Esseria cuando una confundida Astrid emergió de un portal dimensional. Apenas recordaba los contornos de su tierra natal, pero sí la inquebrantable certeza de su pérdida, como una marca grabada en su alma. A su llegada a Malasthar, supo adaptarse con rapidez, disfrazando su naturaleza y convirtiéndose en una figura útil para el Imperio.
Pronto estableció un modesto negocio de pociones en el corazón de Beslitz, la capital malasthina, vendiendo remedios y pociones para cualquier transeúnte que visitase su tienda. Pero su verdadera fuente de ingresos e información se hallaba en la sombra: Astrid era la informante secreta de la guardia, y su tapadera como «salvadora de fugitivos» le permitía rastrear amenazas para el Imperio. A muchos les ayuda a escapar, sólo para que sus movimientos sean conocidos, sus nombres registrados y, tarde o temprano, capturados.
Objetivos
Es una persona práctica, que entiende que sus capacidades son útiles para el Imperio de Malasthar hasta que dejen de serlo, por eso no pierde el tiempo y aprovecha cualquier ingreso y fuente de información para entender qué es lo que la trajo a este mundo. Su presencia sugiere que ha hecho un viaje más allá de su propio universo, por energías que no es capaz de comprender.
Sus poderes están centrados en la magia oscura y la cronurgia, sin embargo su mente ha olvidado de forma parcial los detalles de su aprendizaje. El pasado que vivió como bruja en su mundo natal es un misterio, pero es consciente de que sus poderes no provienen de una fuente pura y bondadosa. A pesar de todo, Astrid no busca destrucción, pero si la paz significa sacrificar una vida, no vacila en hacerlo.
Creencias
La falta de recuerdos de su hogar la han convertido en alguien pragmático, con pocos escrúpulos y aún menos ilusiones. Astrid no cree en la bondad ni en el mal, sino en el equilibrio inestable que mantiene el mundo en marcha. Con una visión cínica, ve el Imperio de Malasthar como un refugio temporal que protegerá mientras le sea útil.
Las creencias sobre los Espíritus deíficos le incomodan, e intenta no pensar demasiado en ellos. En cambio, cree en el poder de la información y en su propia capacidad para moldear su destino.
Aspecto
Astrid es una joven de presencia delicada, de entre veintiuno y veinticuatro años, con ojos negros tan profundos que parecen absorber la luz. Su largo cabello lacio, negro como la medianoche, cae en cascadas alrededor de su rostro, adornado con mechones púrpuras que vibran a la luz.
Su vestimenta suele ser vestidos elaborados de seda negra o morada, con intrincados detalles de cuero que le dan una apariencia tan elegante como amenazante. De movimientos son suaves, casi hipnóticos, y con una sonrisa apenas perceptible suele dejar a quienes la ven con la sensación de haber compartido un momento que tal vez nunca ocurrió.
Atributos
- Físico: 4
- Agilidad: 6
- Mente: 9
- Intuición: 8
- Presencia: 7
Rasgos
- Especialista en manipular el tiempo y en la magia que otros temen; no suele mostrar esta habilidad más que en casos de extrema necesidad.
- Con una tapadera de comerciante de pociones, es la fuente de información principal de la guardia para localizar criminales y apóstatas.
- No distingue entre bien y mal; actúa según lo que le conviene y no se detiene ante decisiones difíciles si con ello asegura su bienestar.
- Lleva consigo el peso de una tierra destruida, y su espíritu no teme adentrarse en territorios oscuros en busca de lo que necesita.
- Conoce bien las debilidades ajenas y sabe cómo torcer las palabras y los gestos para obtener la reacción que busca.
Equipamiento
- Viales de pociones de diversos colores y efectos, preparados para todo tipo de ocasiones y necesidades.
- Sortijas de plata y hematites, cada una imbuida con un hechizo menor de protección.
- Reloj de arena en miniatura, un artefacto cronomántico que le permite ralentizar el tiempo a su alrededor por unos segundos en caso de peligro.
Imagen: Generada por Inteligencia Artificial.