Orígenes
La familia Shadelgast poseía varias ramas secundarias con el único fin de preservar la línea sucesoria de la realeza. Hermanos y primos del rey protegían su apellido y se aseguraban que la sangre de Shadel continuaba en el trono de Shadaleen. Este hecho era conocido por todos los habitantes del reino y no era extraño que, a lo largo de la historia, sufriesen atentados para diezmar la sucesión real. Debido a esto, uno de los supervivientes de la Masacre de los Kultstein formó lo que se conocía como el Legado de Shadel, una sociedad secreta formada por familiares de los monarcas Shadelgast con el objetivo de desarticular cualquier conspiración en contra de la corona o sus descendientes.
El futuro monarca Galibard II creció junto a sus primas Naeis y Syvra; Naeis era hija de Jilonius el Intrépido, un atrevido militar que portaba con orgullo el estandarte de su familia y Syvra era la hija única del matrimonio entre Branja Shadelgast y Cyleron Bronnhum, un influyente comerciante. En una cobarde emboscada de insurgentes malasthinos, Jilonius y Branja fueron asesinados, desgracia que dejó a la familia devastada. Preocupado por la progenie de su hermanos, Galibard I acogió a sus sobrinas en las salas del castillo. Desde muy joven, Naeis ya sabía que no iba a ser una princesa, por mucho que se sintiese como tal en el hogar de su primo; iba a ser quien protegiese a la familia real para que el sacrificio de su padre no volviese a ocurrir. Tras cumplir la mayoría de edad, se preparó con conciencia para asumir el manto con dignidad del liderazgo del Legado de Shadel tras haber recibido la educación más excelente y un entrenamiento digno de caballeros juramentados por parte de los mejores tutores del reino.
Esta responsabilidad le pasó factura pronto a Naeis: Syvra, cansada de la vida en la corte y temerosa de la nueva esposa de su padre, decidió fugarse del castillo en mitad de una noche lluviosa. Durante varios años, el Legado de Shadel estuvo en busca de la prima del rey con la esperanza de encontrarla antes de que se supiese quien era, pero Syvra demostró ser muy escurridiza. Cuando Naeis logró averiguar la nueva identidad de su prima; era la excéntrica y rechoncha mujer del maestro de ceremonias de la Alondra Ronca, una troupe que viajaba de pueblo en pueblo. Syvra había tenido dos hijos con Artaud Jof, un elfo larguirucho especialista en trucos de salón y les había criado como plebeyos.
Objetivos
Con la intención de respetar los deseos de su prima, Naeis asignó una agente al cuidado y vigilancia de la Alondra Ronca; pero la seguridad no duró mucho y las sospechas de Syvra se hicieron realidad: una banda de mercenarios asaltó el lugar de acampada de la troupe y acabó con la vida de sus integrantes. Capturaron a Syvra y a su hijo Thistle, pero la hija mayor, Modestia, pudo escapar. Abrumada por haber fallado en proteger a su familia, Naeis dudó sobre su competencia para el puesto. Sin embargo, sus otras victorias que habían cimentado su habilidad a lo largo de los años, le permitieron seguir adelante.
Un año después de la tragedia de la Alondra Ronca, Naeis pudo localizar a la hija de Syvra gracias a los esfuerzos de su organización. Tras haberla puesto a salvo, se centró en encontrar a los captores de Syvra. Con el tiempo, el lugar dónde retenían a su prima llegó a sus oídos y Naeis no tardó en prepararse para rescatarla. Después de haber ejercido como líder del Legado de Shadel durante más de veinte años, Naeis iba a pasar página con su prima y con la primera misión que inició su carrera.
Creencias
La exquisita educación aristocrática de Naeis le llevó a creer firmemente en las enseñanzas de Ylathia y en los preceptos de paz a través de la justicia de Xelastris. La iglesia shadalense basaba sus principios en estos dos espíritus deíficos y Naeis nunca dudó de la veracidad de los mismos. Sin embargo, la corrupción y el adulterio que sucedía entre los nobles de la ciudad hicieron tambalear sus principios. Con el paso de los años, Naeis se volvió más cínica y su fe menguó hasta el punto de llegar a plantearse el valor de la iglesia. No obstante, ella guardaba sus opiniones para sí y jamás se le ocurrió compartirlas con otros.
Aspecto
Era una mujer de porte noble, una altura sobre el metro setenta y una complexión atlética y bien definida. De pelo largo, lacio, azabache y penetrantes ojos verdes oscuros, solía vestir con ropajes cómodos; su conjunto favorito eran unos pantalones de cuero, botas altas por debajo de la rodilla, un corsé oscuro y una camisa blanca con chorreras que le cubría hasta las muñecas.
Sus armas favoritas eran el florete y la ballesta de mano, preferencias que transmitía a sus aprendices.
Atributos
- Físico 2 de 5
- Social 4 de 5
- Mental 3 de 5
Rasgos
- El último de un linaje de arcanistas.
- Presencia imponente y noble; hasta el más duro de los criminales le tiene respeto.
- Es la prima del Rey Galibard II.
- Líder de una organización secreta que vela por la conservación de la línea de sucesión de los Shadelgast.
- Durante sus treinta y nueve años, ha mantenido ocultas todas sus relaciones sentimentales.
- Se le considera una persona fría y distante.
- No ha mantenido contacto con su familia, a pesar de proteger sus intereses.
Equipamiento
- Atuendo de noble Shadelgast.
- Florete enjoyado.
- Ballesta de mano ocultada en el muslo izquierdo (6 virotes).
- Juego de dagas rúnicas.
- Bolsa de cinto con preparados alquímicos.
Imagen: Fiery Edge of Steel, Jill Archer por Jason Chan