Ayudados por miembros díscolos de los Rowes, los Dórilon y los Alogers, Redvers el Usurpador comenzó a conquistar los territorios que se habían resistido en el pasado, sin importar los métodos utilizados por el ejército. Esto provocó que se quemasen bosques ancestrales, lugares clave para religiones arraigadas en el cuidado de la naturaleza y que se ejecutasen a miles de inocentes, refugiados y opositores al régimen de los Kultstein. También se instauró la esclavitud, una práctica que se mantendría durante siglos, como método de aprovechamiento –y castigo– de prisioneros. Cualquier simpatizante de los Shadelgast era convertido, de la manera más humillante posible, en un sirviente forzado. Una de las leyendas negras es que Redvers abusaba sexualmente de sus prisioneros, por lo general en presencia de otros, motivado solo por el mero hecho de causar sufrimiento.
Uno de los eventos más sangrientos de la historia de Shadaleen fue la Masacre del Valle de Aermont. Una de las ciudades en auge de la época, toda su población fue apresada por los soldados Kultstein, y llevados a un valle al norte, dónde se encontraba el castillo del señor feudal. Este individuo, de nombre Geoffrey Alogers, aún se mantenía fiel a la monarquía de los Shadelgast, y se negó a presentarse ante el Usurpador. Como reprimenda por su desafío, Redvers reunió a todos los súbditos de Geoffrey y mandó a sus soldados ejecutarlos uno por uno hasta que el señor de Aermont rindiese el castillo. Tras la muerte de más de cincuenta personas, Geoffrey se dio por vencido y se entregó al régimen de los Kultstein. Los que escucharon la confesión del miserable noble afirman que, incluso meses después de la tragedia, insistía que aún escuchaba los gritos de horror de sus súbditos por la noche.
Sin embargo, la crueldad desmedida de Redvers Kultstein y sus aliados encontraría un súbito final cuando los supervivientes de los Shadelgast se aliaron con los Dórilon -que cambiaron de idea en el último momento-, el imperio enano de Faustheim y el resto de las Siete Familias de Shadaleen en un objetivo común: acabar con la locura de los Kultstein. Cuando Redvers se encontró atrapado en la sala del trono, enfrentado por sus parientes Ammiras Shadelgast el Heroico y Barnabas Dórilon, su antiguo amigo, no se esforzó siquiera en luchar. A pesar de haberse rendido sin presentar resistencia, Barnabas intentó acabar con él en el acto, pero fue detenido por Ammiras. El próximo monarca Shadelgast quiso dar un ejemplo a su pueblo ejecutando a todos los Kultstein para que su miserable semilla no se propagase más por la sociedad shadalense. Redvers, sus hermanos y todos los miembros de su familia que no pudieron escapar la purga, fueron ejecutados en público y sus cadáveres se expusieron en las murallas de la ciudad durante treinta días, siendo pasto de los cuervos y otras aves de carroña. La dinastía de los Shadelgast fue restaurada, pero el precio que tuvieron que pagar fue mucho más alto de lo que habían pensado.
Imagen: Akkarin por kir-kat en DeviantArt