A pesar de que los shadalenses eran la única fuerza conquistadora en el norte de Esseria, los ejércitos del Imperio de Malasthar no tardaron en encontrarse con los recién ocupados territorios fronterizos al oeste de Shadaleen. Los diplomáticos de ambos bandos intentaron llegar a un acuerdo antes de derramar sangre, pero la tozudez del monarca Travaran Shadelgast y la ambición del Emperador Cuthert Achgate sumieron a sus países en una guerra total.
El ejército malasthino regresaba de una exitosa campaña de dominio contra el Antiguo Imperio de Artrexa, en la que había descubierto un secreto armamentístico que equilibraría la balanza a su favor. Sin conocer los logros del Reino de Shadaleen, el Emperador Achgate no dudó en usar toda su fuerza sobre los territorios de la Frontera Oriental. La campaña comenzó con una desventaja desoladora sobre el ejército shadalense, pero una única batalla, librada en un lugar maldito, acabó con gran parte de las tropas invasoras.
Escondido en las profundidades de un bosque negro como la pez, el dragón oscuro Xalanth dormitaba en silencio hasta que le despertó el sonido de una trifulca. Erguido sobre sus cuatro patas medía más de doce metros, y la visión de un monstruo legendario irrumpiendo en el campo de batalla fue suficiente para acabar con la moral de los combatientes. Sin discriminar si lo que devoraba procedía de Shadaleen o de Malasthar, el cruel Xalanth se dio un festín con las vidas humanas que luchaban por conquistar sus tierras. Una vez que hubo devorado lo suficiente como para animarse a dormir de nuevo, abandonó el claro dónde se libró una de las batallas definitivas de la Primera Guerra Esserina.
La noticia de que una abominable criatura había acabado con las huestes conquistadoras de dos países humanos corrió como la pólvora por las comunidades élficas y salvajes. En los siguientes meses, tanto Shadaleen como Malasthar tuvieron que sofocar decenas de rebeliones, dejando de lado sus campañas de conquista. Un grupo de animistas insurrectos viajaron hasta la guarida de Xalanth para suplicar la ayuda del dragón; la criatura escuchó los ruegos de los mortales, interesado en los tejemanejes que los humanos habían estado formando alrededor de sus dominios. Tras enterarse suficiente, devoró a los ingenuos rebeldes y levantó el vuelo en dirección al emplazamiento más cercano.
Imagen: An Autum War por zippo514 en Deviantart.com