El sistema de selección de personal de la Justicia Metálica era severo. Era uno de los clanes Garou más influyentes del planeta y quizás el que más Moradores del Cristal tenía en sus filas. Las malas lenguas comentaban que sus científicos creaban monstruosidades dignas de servir al Wyrm, pero sus altos cargos lo negaban completamente, alegando que eran investigaciones para ayudar a mejorar Gaia.
Uno de esos proyectos que causó mucho revuelo fue el llamado «Amanecer Tardío«. Custod Aeson y Jan Nevershire eran sus creadores y poseían grandes listas de jóvenes promesas Garou esperando entrar a colaborar en el desarrollo.
Aquellas dos chicas, en aquel momento…
Veronica Rogers, una joven de 17 años, tuvo su primer cambio cuando un secuestrador intentó hacerse con el control de su autobús. Curiosamente, su compañera de clase Sophie Kult, que tenía su misma edad, también lo experimentó al ver a Veronica en forma Crinos despedazando al criminal. Las dos chicas empezaron a tener una sangrienta pelea, ya que su instinto frenético les hacia verse como enemigas. El combate fue detenido antes de que más humanos presenciasen la sangrienta escena por una Unidad de Recuperación de Cachorros de la Justicia Metálica. Estas unidades tienen la función de realizar los ritos necesarios para detectar cachorros que vayan a pasar por su primer cambio y recuperarlos a tiempo antes de que el Wyrm los abrace.
Luego de haberles suministrado los correspondientes narcóticos para aplacar su furia y haberles inyectado la Droga Alucinógena del Despertar, Veronica y Sophie recibieron el adiestramiento básico por parte de Henry Beret, el jefe encargado del Departamento para la Enseñanza y Educación de Cachorros. Veronica obtuvo su auspicio de Galliard y Sophie el de Theurge. La manada que se les asignó pertenecía al Departamento de Investigación y Desarrollo, el mismo al que pertenecía la manada de Custod y la de John Sunderland. Sus miembros eran ellas dos, un Ahroun descerebrado llamado Krisstof y una Ragabash Uktena de nombre Rosalía Pérez.
Mientras realizaban encargos e iban ganando reputación en el clan, Sophie y Veronica forjaron una buena amistad, ayudándose mutuamente siempre que podían. En esa época, conocieron a varios cambiantes que colaboraron con ellas y salían a veces a tomar algo por ahí. Estos Fêra formaban una de las manadas más peculiares de toda la Justicia Metálica: la componían un Galliard Fianna llamado Flint Washington, un Mokolé (hombre reptil) Sol de Mediodía (equivalente al Philodox) llamado Egbert Baldwin y una Qualmi (mujer lince) que respondía al nombre de Shinsetsu Himitsu. Su manada tenía el curioso nombre del «Ensueño«, fruto de una idea graciosa de Flint. Aunque pertenecían a un clan formado principalmente por Moradores del Cristal, la manada era moderadamente aceptada por la versatilidad que podían ofrecer. El Departamento de Apoyo Encubierto al que pertenecían solo poseía dos manadas, y sus fines aún no estaban muy conocidos por los jóvenes del clan. Sophie tenía bastante curiosidad por conocer más de las otras razas cambiantes, ya que generalmente éstas se negaban a relacionarse con los Garou. Himitsu desconfiaba de Sophie y toda la información que le ofrecía solía ser falsa o cierta a medias.
Veronica terminó sus estudios de medicina y se convirtió en una excelente doctora, mientras que Sophie seguía especializándose en la genética. Uno de sus objetivos era poder fusionar la genética con el conocimiento espiritual Garou, para poder construir maravillas que no se podrían realizar únicamente con uno de esos conocimientos. A pesar de que seguían sirviendo a la Justicia Metálica, la Manada del Ensueño empezaba a sentirse fuera de lugar; tanto en los consejos como a la hora de realizar actividades para el clan. Veronica, que ya había mantenido conversaciones serias con Flint, intentaba convencerle de que no abandonasen el clan, pero la respuesta de ellos era negativa: querían descubrir un nuevo clan en el que no se adorase con tanto fanatismo a la Tejedora, buscaban equilibrio.
Sophie tenía en mente una idea genial y era la de utilizar a Himitsu y a Egbert para sus investigaciones relacionadas con la Umbra, ya que por algún motivo, los Mokolé y los Qualmi no pueden acceder a ella por medios naturales. Esto lo mantenía en secreto y aguardaba impaciente el momento en el que el Departamento de Juicios y Diplomacia, encargado de decidir qué se hacía con los desertores del clan, les declarase personas non-gratas y así aprovechar sus cuerpos. Egbert y Flint decidieron quedarse en el clan por el momento, aunque Himitsu estaba completamente descontenta con esa decisión.
Unas semanas más tarde, Custod preparó un ataque para destruir una de las fábricas de Pentex, ya que estaba interfiriendo en un estudio que realizaba sobre el comportamiento de unas partículas. Para ello, solicitó al líder del Departamento de Investigación, Owen Shipnewcard, que pidiese la colaboración de la Manada del Ensueño. Aparte de enviar a su manada, Custod contó con la colaboración de la manada de Sophie y Veronica.
La operación hubiese resultado un éxito de no ser porque Rosalía cometió un error mortal. Ella se quedó en la entrada de la instalación, montando guardia; su tarea era avisar a los demás por medio de un dispositivo de comunicación si ocurría algo extraño. Krisstof se ocuparía de colocar pequeñas cargas de C4 por toda la zona, para detonarlas cuando el equipo abandonase el lugar, pero por una mala instrucción de Rosalía, las detonó antes de tiempo, acabando con su vida y la de dos miembros de la manada de Custod. El castigo fue horrendo. Rosalía fue torturada durante varios días y al finalizar su castigo, le fue retirado el lobo y exiliada de Estados Unidos. Lo último que se supo de ella es que estuvo viajando por Europa con un circo ambulante gitano.
Tras presenciar esa terrible tortura por un error de novata, la Manada del Ensueño empezó a replantearse si la Justicia Metálica estaba yendo por el camino correcto. Los rumores decían que los altos cargos y los líderes de las manadas como Custod Aeson o John Sunderland seguían enseñanzas del Wyrm. No queriendo quedarse a presenciar cómo todos los miembros del clan al que habían servido durante años comenzaban a danzar la Espiral Negra, la Manada del Ensueño declaró su abandono. A pesar de que no agradaba su decisión, permitieron que se fuesen del lugar sin ningún tipo de represalia.
Esto enfadó mucho a Sophie, pues su proyecto de futuro se había quedado sin especímenes. Aparte, su manada se había reducido a dos personas, así que solicitó unirse a la manada de Custod. Siendo una Cliath sin mucha experiencia, tuvo suerte, pues la ausencia de los dos miembros perdidos en la fábrica de Pentex había abierto vacantes. Veronica, en cambio, fue trasladada al Departamento para la Enseñanza y Educación de Cachorros, a la manada de Henry Beret. En los meses siguientes, ella se ocupó de tratar a los cachorros nuevos que iban llegando al clan. Sophie aprendió mucho de la pareja de científicos, Custod y Jan, aunque en mayor cantidad de este último. Para ella, Custod era un Ahroun que no debería pertenecer al equipo de investigación, pues ese título no era apto para un «destruye-objetos a ciegas». Despertó mucho el interés de la joven Theurge la idea de John Sunderland de humanizar lupus para poseer guerreros sincronizados completamente con la naturaleza y con el sentido común de un humano. Colaboró todo lo que le permitieron, pues John y Charles eran muy reacios a recibir ayuda de otras manadas que no fuesen la suya.
Celosa y enfurruñada por no poder ofrecer sus conocimientos, Sophie se puso en contacto con la manada de Himitsu y les ofreció todo tipo de detalles para que pudiesen sabotear el proyecto. También preparó una ruta de huída falsa para que les capturasen y ella pudiese utilizarles de sujetos de pruebas. Lamentablemente, Himitsu había estado psicoanalizando a Sophie durante sus charlas para que esta última aprendiese más de los Qualmi y había descubierto sus intenciones. A pesar de haber fracasado en su idea de capturarles, nunca se reveló que fuese ella quien filtró la información.
El proyecto de John Sunderland fue todo un fracaso y por diversos motivos, huyó del clan junto con una Parentela aliada. Jan y Charles consiguieron encontrarlo y traerlo de vuelta al túmulo. Craso error, porque Sophie se imaginaba que iba a intentar destruir las instalaciones del clan. John le mostró la verdad al primer lupus humanizado que creó y éste entró en un frenesí horrible. En su camino de destrucción, el lupus provocó que Sophie sufriese una terrible cicatriz en la espalda en forma de garra cruzada. Después de que se solucionase el entuerto entre la nación lupus, que había comenzado a sospechar por la desaparición de tantos lupus Cliath, y dando por cancelado completamente el proyecto de humanización, Sophie ganó aún más fama en el clan, ascendiendo a Fostern, ante los ojos de sorpresa de su antigua compañera Veronica.
Unos dos años después, la teoría del Proyecto Amanecer Tardío de Custod Aeson y Jan Nevershire fue terminada, con la ayuda de Sophie Kult y de Lucy Donovan, otra Theurge con habilidades sobresalientes como las de Sophie. Ellas dos también se encargaron del proceso de selección de donantes para crear un Metis sin deformidades; pero, como era de esperar, no encontraban ninguna madre apta. Tras mucho investigar, encontraron una mujer que cumplía todos los requisitos, aunque Lucy encontró una parte en la que no era completamente apta, Sophie firmó el documento que acreditaba que la mujer servía. Del experimento nació Kate Rösenberg, una Metis que no podía asumir la forma Crinos y que su envejecimiento era el mismo que el de un lobo común, 20 años. Evidentemente, un fracaso así destruyó por completo la reputación de la manada de Custod. A pesar de todo, Lucy declaró ante el Departamento de Juicios y Diplomacia que la mayor parte de la culpa fue de Sophie Kult, por haber ignorado el hecho de que la donante no era del todo compatible para el experimento.
Sophie fue castigada gravemente, mientras Jan y Custod comenzaban a tener sus disputas. Veronica estuvo presenciando todo esto desde su posición de «educadora de cachorros«, siempre despreciada por Sophie. Durante el mes de exilio al que estuvo condenada Sophie, Veronica iba a visitarla siempre que podía y le llevaba víveres. Esto sirvió como una lección de humildad a Sophie, aunque no escarmentó del todo. Una vez finalizado su castigo, solicitó unirse a la empresa que había financiado el proyecto Amanecer Tardío para colaborar en la caza de los Garou que habían huido, Custod y Kate; pero Lucy Donovan se le había adelantado y ahora ocupaba un puesto importante en la persecución.
Mientras tanto, Veronica había conocido a un joven Theurge que le recordaba en parte a los primeros meses de Sophie como Garou; su nombre era Hal Jackson, una promesa en el mundo de la investigación espiritual. Con el cabello largo, atado en una coleta y una sonrisa de complicidad adornada por sus ojos verdes, despertó unos sentimientos poco adecuados en Veronica. Ellos dos pasaban juntos el tiempo que podían, siendo la Galliard la mentora del joven, a pesar de no compartir auspicios.
En una cena que tuvieron, Veronica observó cómo Hal mantenía una corta conversación con alguien que le resultaba sospechosamente conocido. Por lo que pudo sonsacarle luego al chaval, Hal estaba aliado con Custod Aeson y Kate Rösenberg. A pesar de que le dolía hacerlo, se sentía en la obligación de comunicar la traición del joven a su clan. Cuando comenzaron a buscarlo para proceder su castigo, él ya había huido con los otros dos. Otro de los datos importantes que Hal reveló era que Rufus Sentinel era también un traidor, aliado con Custod; el único deseo del lupus humanizado era ver cómo el clan que tanto daño le había hecho caía destrozado.
Con el corazón destrozado, Veronica participó en la búsqueda de los traidores con Sophie, aunque de manera extraoficial; ellas dos no estaban autorizadas para perseguirlos, pero consiguieron obtener información filtrada y se dirigieron hacia el lugar del conflicto.
Lucy y su equipo lograron localizarlos en unos acantilados. Jan, que había asistido especialmente al encuentro para acabar con Custod y con su fracaso Kate, empezó a atacar al Ahroun. Veronica y Sophie habían seguido a la unidad desde muy cerca.
El combate se volvió muy cruento… y a pesar de que Sophie era una Theurge, entró en frenesí al ver de nuevo a Rufus. La situación se fue de las manos y Veronica se vio obligada a asesinar a Hal en el momento que éste asesinó a varios Garou con una ametralladora de balas de plata. En mitad de la batalla y después de tumbar dos veces seguidas a Sophie, dejándola con varias cicatrices más, Rufus ideó un plan para simular su muerte y la de sus aliados, para poder escapar. Utilizó una granada de mano y otra de humo para crear una distracción, para después lanzarse al agua y escapar. Rufus se arrancó un brazo y lo troceó para dar algo de credibilidad a la segunda explosión que tenía preparada, dejando un charco de sangre. Veronica observó el cadáver de Hal, con su cara bloqueada en una expresión inerte y pestañeó. Aguantándose las lágrimas, asistió a su amiga Sophie, lanzando Dones curativos sobre su cuerpo maltratado.
Jan Nevershire y Lucy Donovan peinaron la zona, buscando a los traidores, sin encontrar rastro de ellos. Escéptico después de ver el resultado, Jan comprobó que realmente habían huido y esto le enfureció muchísimo. Cuando se presentaron los cuatro a declarar ante el Departamento de Juicios y Diplomacia, explicaron la situación a sus superiores, pero estos decidieron no dar importancia a los traidores sino al hecho de que Jan era el responsable primario del fracaso del proyecto Amanecer Tardío. Fue condenado al exilio durante varios años, y las otras tres fueron castigadas con el Rito de la Hiena.
Queriendo olvidar los problemas del pasado, Veronica comenzó a dedicarse únicamente a su tarea, adiestrar jóvenes cachorros en la Delegación Oeste del clan, que tenía su cuartel general en Los Ángeles. Sophie fue relegada a una unidad de investigación de la Umbra sin mucha importancia en la misma delegación que su compañera Veronica, y Lucy decidió ayudar en diversos proyectos sin inmiscuirse demasiado.
Años después, cuando Sophie y Veronica habían alcanzado su rango de Adren, Jan pudo regresar de su castigo. Pero antes tuvo que pasar por una prueba de confianza: En la Universidad de Massachussets se encontraba una pariente de Flint Washington y se creía que la Manada del Ensueño estaba intentando contactar con ella para reclutarla, así que Jan debería evitar que esto ocurriese. Veronica, que era una Galliard excepcional, comenzó a trabajar en la universidad como profesora, a la vez que examinaba a las alumnas. Al parecer, Mireia Washington coincidía completamente, tanto en apellido como en fuerza espiritual. La sorpresa de Veronica fue sublime cuando descubrió que Himitsu también era una de las profesoras. Antes de realizar ningún movimiento, Himitsu le advirtió que si intentaba algo para poner en peligro a la sobrina de Flint, le costaría la vida. A cambio, Himitsu le mostró a Veronica pruebas de que la Justicia Metálica había empezado a sumergirse en los brazos del Wyrm. Lamentablemente, Jan descubrió a las dos mujeres hablando e ideó su propio plan para capturar a Mireia. Engatusando a su compañera de habitación, logró que ésta destruyese las prendas y los objetos de valor sentimental de Mireia para provocar su primer cambio. Himitsu logró ayudar a Mireia a huir hacia el clan del Viento de Acero, a costa de que fuese capturada por Jan.
Sophie, en un último intento de conseguir una posición aceptable, colaboró en las torturas de la Qualmi, suministrándola diversas drogas alucinógenas que provocaban un enorme dolor en el sistema nervioso. Además de vengarse por haber arruinado su captura años atrás, esto le servía para evitar que Himitsu le delatase ante el resto del clan. Sin esperárselo, Sophie fue golpeada violentamente en la cabeza por Flint Washington, que había acudido en ayuda de la Qualmi. Entre él y Egbert lograron poner a salvo a la chica, pero en el proceso, Henry Beret asesinó a Flint. Ella y Egbert huyeron del lugar y se pusieron a salvo, y pasaron el resto del tiempo ocultos, manteniendo comunicación con el Viento de Acero.
Veronica encontró a Sophie en la Sala de Tortura y le ayudó a ponerse en pie. Al parecer, habían decidido readmitir a Jan Nevershire. Éste encontró unas pruebas que preparó Sophie para limpiar su reputación, acusando a Lucy de los crímenes que ella había cometido: revelar información sobre el proyecto de John Sunderland a la manada de Himitsu. Incluso pudo saltarse los dones de sus superiores con gran habilidad, por lo que Lucy fue ejecutada por traidora. Desde ese momento, Sophie fue readmitida también como científica y comenzó a investigar con nuevos experimentos.
Un año más tarde y después de que Terrence McCoil ocupase el puesto de líder en el Peñasco Blanco, Veronica comenzó a ver que su clan estaba completamente bajo la influencia del Wyrm. Sus altos cargos se justificaban con excusas sobre obtener algo que los Danzantes tenían y después de arrebatárselo se encargarían de ellos, pero ella sabía que no iba a ser así. Se puso en contacto con Himitsu y le explicó la situación. La Qualmi le ofreció unirse al clan del Viento de Acero, pero sólo si causaba algún daño a la Justicia Metálica. Veronica aceptó y se dirigió a uno de los Laboratorios de Sophie, donde estaba investigando la posibilidad de fusionar un alma a un cuerpo para que viviese de nuevo. Allí, le dijo a su antigua amiga que abandonaba el clan, que los nuevos cachorros eran educados de manera violenta y completamente contraria a lo que había aprendido. La Theurge le contestó de manera pretenciosa que solo los valientes servidores de la Tejedora pueden pertenecer al clan y que los que tengan dudas bien podrían pasar a ser sus sujetos de experimentación. Dolida por esas palabras y viendo que Sophie solo había degenerado, Veronica empezó a utilizar sus dones de Moradora del Cristal para provocar serios daños en las instalaciones del Departamento de Investigación. Muy enfadada, Sophie juró encontrar a los nuevos compañeros de Veronica y utilizarlos de sujetos de pruebas, justo delante de ella, sin que pudiese hacer nada…
Aun sin justificación alguna, solo un leve presentimiento, Veronica abandonó el clan de toda su vida para unirse a unos completos desconocidos, guiándose por una sensación de «hacer lo correcto«.
Imagen: Carl Bengtsson