Leyenda
Los secretos de las artes arcanas han estado en manos de los mortales desde que el mundo era un erial ardiente. Los primeros conjuros que se pronunciaron en lengua arcaica tejieron maravillas, separaron las tierras y dieron forma a monstruosidades ignotas; sin embargo, la inmensa y caótica red de energía mística que servía como combustible a los primitivos hechizos y rituales comenzó a desgarrarse con cada abuso. Los espíritus poderosos que regían sobre ciertas regiones empezaron a preocuparse con las continuas catástrofes propiciadas por el uso descontrolado de la magia, pero no hacían nada salvo observar. Su naturaleza pasiva les impedía intervenir en los asuntos de los mortales a pesar de que la misma urdimbre que les daba vida se encontraba en peligro.
En ese momento surgió de un informe y repugnante pozo del abismo Nastala, una poderosa, cruel y temeraria entidad de pura entropía. Su figura oscilaba entre humeantes formas púrpuras que se alimentaban de los conjuros y la energía de aquellos taumaturgos descuidados. Como un tornado devastador, absorbió la magia de Ylat en una sola noche; a la mañana siguiente, si algún lanzador de hechizos quería hacer uso de su maná, tendría que rendir pleitesía a la Señora de lo Arcano y entregar parte de su energía vital a cambio del poder de la magia. Sentada en su trono fabricado con amatistas y piedras de ónice, Nastala se ubica como el pilar central de la magia en la tierra; debido a su apetito por la sabiduría oculta en tomos prohibidos y la energía desbocada de los practicantes de las artes arcanas, se la conoce como la Devoradora del Conocimiento.
Señora de lo Arcano, la Devoradora del Conocimiento, Ejecutora del Pozo del Caos
- Ideograma: Cinco triángulos amarillos situados unos sobre otros, sobre fondo violeta.
- Religión: Sectaria, recluida y exclusiva.
- Devotos: Cábalas de arcanistas; sociedades secretas y apasionados de los libros.
- Moralidad: Neutralidad carente de empatía; todo por la sabiduría.
Adoración
Aquellos que asumen una vida de investigación sobre la magia arcana suelen involucrarse con los ritos en honor de Nastala. Aunque la magia es una realidad para los habitantes de Ylat, sólo los que ostentan el título de arcanista están cómodos de verdad en presencia de conjuros y rituales; un adorador de la Señora de lo Arcano es consciente que toda proeza mágica ha de pasar a través de ella, y por ello ha de mostrar el debido respeto. Se dice que las ceremonias que las cábalas nastalesas llevan a cabo no es para conjurar el efecto del hechizo, si no para honrar a la Devoradora de Conocimiento y pedirle permiso para hacer uso de su poder.
Los templos, santuarios y capillas que se levantan en honor a Nastala suelen ser sobrios, de detalles intricados y decorados con grandes arcos, grabados y demás simbología arcana. Un adorador de la Señora de lo Arcano puede encontrar un santuario en casi cualquier lugar civilizado, pues las instituciones de la magia son bien recibidas en las ciudades. Sus servicios son inapreciables. Dirigidos por amplios y complicados consejos de arcanistas, entrar a formar parte de cualquiera de estas instituciones suele ser un honor; ofender a un gremio de magos o a un aquelarre de brujos devotos de Nastala suele suponer un problema importante.
Avatar
En los frescos religiosos se representa a Nastala como una mujer alta, de facciones afiladas, ataviada con un largo vestido púrpura –ciertos artistas añaden estrellas de plata a la tela– y una capucha que cubre toda su cabeza excepto la cara. Esta mitra, fabricada con el mismo material que el vestido, acaba con una forma protuberante, como si fuese un cuerno orgánico que surge de la cabeza de la Señora de lo Arcano. No se suele mostrar su rostro, por lo que no es extraño encontrarse vidrieras o esculturas que carezcan de rasgos faciales.
Nastala ha aparecido ante los mortales varias veces a lo largo de las eras para castigar y consumir a aquellos que abusaban de sus dones arcanos o no respetaban lo suficiente la urdimbre espiritual y habían causado un desgarro místico. Los espectadores que habían sobrevivido a la furia de la Devoradora del Conocimiento juraban que, al contrario de sus efigies creadas por mortales, Nastala se asemejaba a un monstruoso humanoide con una boca enorme llena de colmillos afilados, labios carnosos como los de una mujer, una repugnante protuberancia similar a una antena cartilaginosa que brotaba de su cráneo y unos brazos largos que acababan en garras punzantes. Estas repentinas y destructivas apariciones hacían desaparecer torres de archimagos, bibliotecas arcanas e incluso ciudades enteras; la voraz hambre de Nastala y su devastadora presencia le hizo ganarse el título de la Ejecutora del Pozo del Caos.
Imagen: Amy Guidry – Buddy Nestor