Con los Kultstein fuera de juego, los habitantes de Shadaleen continuaron con sus vidas. Los tejemanejes de la corte, sin embargo, comenzaron a complicarse más y más. Ciertos miembros de las Siete Familias tenían miedo de correr el mismo sino que sus hermanos caídos, y otros estaban de acuerdo en los motivos que llevaron a la rebelión. Con el fin de calmar las aguas, Ammiras Shadelgast propuso un matrimonio concertado entre su hijo Eleazer Shadelgast el Impropio y la hija de Barnabas Dórilon, la poco agraciada Aurinda Dórilon, uniendo así sus dos familias en una sola y simbolizando la unidad de la Corona de Shadaleen. El reinado de Ammiras fue uno de los más cortos, pero jamás dejó de controlar los sucesos del reino después de su abdicación.
La unión de los Shadelgast y los Dórilon les costó muy caro a estos últimos. Con el paso de los años, los miembros de la familia fueron menguando. No habían nuevos nacimientos entre los Dórilon, lo que terminó extinguiendo su linaje, y los pocos que aún mantenían un poco de sangre fueron absorbidos por los Shadelgast. Las malas lenguas afirman que, tras la ascensión al trono de Eleazer Shadelgast, su padre creó una sociedad secreta formada por agentes de élite con un único fin: conservar la línea sucesoria de los Shadelgast. Estas habladurías hacen responsables a tal grupo secreto del declive de los Dórilon, quizás motivados por su participación en el Levantamiento de los Kultstein.
Sin embargo, los esfuerzos internos de la Corona de Shadaleen para restablecer el orden que su ancestro había logrado no serían suficientes para devolver la estabilidad al reino. Los actos de Redvers Kultstein enfurecieron a la nación élfica, que reunió un ejército para plantar cara a la opresión de los ejércitos humanos de Shadaleen. Las incursiones de estos rebeldes costaron miles de vidas inocentes, pues las tácticas de guerrilla atacaban aldeas de campesinos indefensas. El aparente desinterés de la casa real por aplacar la furia de los elfos amenazaba con otro levantamiento, pero un brillante arcanista de la Casa Rowes, Saewig el iluminado, consiguió un armisticio entre el pueblo feérico y la Corona de Shadaleen a cambio de que el reino les devolviese ciertos territorios ocupados. La solución no agradó a la Corona, pero de este modo lograron evitar una crisis que hubiese acabado en una victoria pírrica. No se sabe cómo Saewig Rowes pudo llegar a convencer a los líderes de las revueltas élficas, pero existe una leyenda negra en la que se relata que visitó el Reino onírico y usó el poder del Infante para aterrorizarlos; no obstante, el arcanista se llevó el secreto a la tumba.
Imagen: Medieval Monastery, Cashel Ireland