Este terrible demonio de la piel sirvió hace miles de años a Hstet, mucho antes de que la Majestad de la Vileza ascendiera al panteón de Espíritus deíficos ylatianos. Fue engendrado a partir de material demoníaco arrancado de las profundidades de la tierra. Se cree que Hstet lo esculpió dejándose llevar por sus deseos.
Su forma auténtica es la de un humanoide desnudo y encorvado, de largas y delgadas extremidades, dedos escuálidos acabados en uñas afiladas, completamente carente de vello, y con un enorme y atrofiado falo puntiagudo. Su rostro no muestra facción alguna salvo una boca llena de pústulas y llena de dientes podridos, que resaltan con el tono rosa pálido y enfermizo de su piel.
A su servicio se encuentra una hueste de seres privados de voluntad que comparten un aspecto en común con su repulsivo amo: están desnudos y sus rostros no tienen facciones. Sin embargo, carecen de órganos genitales que puedan identificarles con un género, acto que desprecia. Desde que perdió el favor de Hstet, Mogg’Shattoth fue desterrado a las planicies sureñas de Rasmalk, condenado a morar en un escenario blasfemo durante el resto de su existencia.
Contenidos
La prisión encarnada
Lo que parece hierba carmesí son en realidad terminaciones nerviosas, vivas, pero arraigadas en la tierra, que acarician con un tacto repugnante y desagradable. Los árboles son enormes troncos de carne pulsante, repleta de lo que parecen venas y acaban en orificios centrales de los que surge un líquido espeso y blanquecino.
El cielo anaranjado no muestra ningún cuerpo celeste, ni siquiera nubes. El ambiente está viciado, es casi imposible respirar y el musgo rojo repta por cualquier ser vivo que haya sido tan estúpido como para caminar por ahí.
Deseos demoníacos
A pesar de que el espíritu de Mogg’Shattoth se encuentra atrapado en Rasmalk, su esencia física está sepultada bajo una enorme construcción humana conocida como la Fortaleza de Piedrahundida, en los Pantanos Isophius del Imperio de Malasthar. Se esfuerza en usar el poco poder que le queda para corromper a los mortales que deambulan por esas tierras y lograr que acepten un pacto de sangre con él. Emplea un musgo rojo, procedente de su prisión interplanar, para comunicarse y acosar a sus víctimas.
Como demonio de la piel, es capaz de cumplir deseos relacionados con los vicios carnales, la virilidad y la natalidad. Es también capaz de controlar ciertos aspectos de la no muerte, pudiendo crear muertos vivientes débiles a su servicio. Tiene un limitado conocimiento de la magia arcana y disfruta engañando a arcanistas arrogantes revelando un nombre verdadero falso: Mogg’Shattoth, Arúspice de las Tierras yermas de Rasmalk y Conde de las Mil Torturas.
Ficha de adversario
- Nombre verdadero: Magg’Shuratth, Barón de los Cien Falos
- Superior: Hstet, la Majestad de la Vileza
- Alineamiento: Caos
- Artes: Dolor, Natalidad, Sexualidad, Tentación
Mogg’Shattoth
- Demonio caótico Medio (3)
- Nivel 15 — Moral 9
- Ataques: 2 garras (10) y estallido dimensional (20) o hálito rasmálico (especial)
- Salud 72, Blindaje 3
Diablo de Rasmalk: solo puede ser dañado por armas mágicas y conjuros.
Hálito rasmálico: exhala una broma rosácea que causa tanto daño como Salud le quede en un cono de 60 pies (18 metros) frente así. Cualquiera que muera víctima de este ataque se transformará en una Figura dérmica en 2 asaltos tras su muerte.
Magia arcana: puede lanzar conjuros como si fuese un mago de nivel 12.
Figura dérmica
Ser humanoide perturbador recubierto por piel pálida estirada y repleto de venas púrpuras pulsantes. Una boca llena de dientes afilados es la única facción que posee en el rostro. Sus extremidades tienen una longitud inhumana.
- Muerto viviente caótico Medio (3)
- Nivel 10 — Moral –
- Ataques: golpe (12) y mordisco (10)
- Salud 40, Blindaje 2
No tiene moral, luchará hasta morir.
Imagen: Iadalbaoth, de Antonio J. Manzanedo.