El Castillo de Malasthar

Zaunder estaba a punto de contar su plan, pero algo interrumpe la conversación y los guardias del reino capturan a Eva y a Lany. Maverick se queda un poco desconcertado y no se lo piensa dos veces: junto a Hiro y a Zaunder decide asaltar el Castillo en un pis-pas. En el Castillo eran recibidos por un malvado drow llamado Zonk, que les impedía la entrada. Nuestros héroes no se lo piensan dos veces y le pegan una paliza para lograr acceder al Castilllo; Hiro era el típico guerrero con fuerza, Lany era una ladrona basada en agilidad y Eva era la mítica sanadora con conjuros.

Una vez dentro, tienen que evitar a los guardias (con un gracioso sistema de infiltración copiado de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, pero que no funcionaba demasiado bien) y alcanzar los aposentos de la Princesa. Allí, Maverick no tarda en contarle lo que ha ocurrido a la Princesa Cecilia y esta le cuenta que su padre ha actuado de manera extraña desde hace unas dos semanas, fecha que marca la llegada de un misterioso hombre de negro llamado Seferis.

Esta revelación inquietaba a nuestro protagonista y le contaba a la Princesa Cecilia que ese rufián era el causante de la muerte del padre de su amiga. Preocupada, Cecilia se une al grupo y les sugiere participar en la obra de teatro que se iba a celebrar en el Patio del Castillo. Mientras Hiro y Zaunder rescatarían a las chicas, cautivas por deseo de Seferis, Maverick y Cecilia representarían la primera parte de la obra de teatro para distraer al Rey Karl y a su nuevo secuaz Seferis. Aunque ahora lo he cohesionado y tiene sentido, creedme que en el juego no se entendía nada de nada. La escena estaba extraída obviamente de Final Fantasy VI e incluso la ópera era la misma. El minijuego consistía en que Cecilia cantase las partes adecuadas de la canción mientras Maverick se lo chivaba; aunque Seferis no caía en la trampa y le señalaba al Rey Karl que la cantante se parecía demasiado a su hija. La mentira de Maverick y Cecilia no dura mucho y se ven obligados a escapar, pero no sin antes ver como las dos chicas, Eva y Lany, que estaban entre el público, se escabullen de los ojos de Seferis.

El jugador controlaba ahora tres grupos: Maverick y Cecilia escapaban por las alcantarillas del Castillo (que misteriosamente conectaban con la ciudad), Hiro y Zaunder derrotaban guardias para permitir que el tercer grupo, Eva y Lany, se reuniesen con ellos en la azotea del Castillo. Mientras que Hiro, Zaunder, Eva y Lany logran escapar del Castillo sin demasiado esfuerzo, Maverick y Cecilia han de huir por las alcantarillas sucias, derrotando ratas y limos verdes. A la salida del túnel, Maverick se enfrentaba a Grawsard, uno de los secuaces de Seferis en el mundo moderno y que había atravesado la misma barrera que su amo y Maverick; convertido en un terrible minotauro, le plantó cara a Maverick y a la princesa (que conocía unos cuantos hechizos de curación y ataque) pero fue derrotado entre los dos. Sin embargo, no pudo evitar soltar un diálogo bastante apestoso y divertido.

— Maverik: ¿Quién es este?

— Grawsard: ¡No digas que no me recuerdas, Maverik!

— Grawsard: ¡Soy Grawsard, tu peor pesadilla!

— Maverik: ¿Y qué haces tú aquí, sr «Mi peor pesadilla»? O mejor dicho, sr «mi peor ladilla»

— Grawsard: ¡Basta de quemarlas! ¡A luchar!

Con tal impresionante lírica, me es imposible sonreír ante tal trozo de caca maloliente.


Este artículo pertenece a serie de publicaciones en las que Starkvind narra su primer intento de juego.

Imagen: Castillo de Stirling, Escocia

Por Maurick Starkvind

Aprendiz de escritor desde siempre, rolero empedernido desde los trece y nintendero desde los cinco. Empecé en esto de la creatividad porque no había dinero para los salones recreativos.

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