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Desierto de Monstak

Una de las últimas zonas que se mapeó, para llegar al puerto donde Maverik podría continuar su viaje, el grupo tendría que atravesar el Desierto de Monstak, los dominios de otro reino del mismo nombre. Sin embargo, cuando alcanzan el castillo, se encontraron con el lugar destruido. En las ruinas conocían a Ostor, príncipe del reino, que contaba al grupo, sin presentarse si quiera, que habían recibido la visita de un hombre vestido de negro por la mañana. El rey de Monstak había discutido acaloradamente con dicho visitante, y respondió liberando un hechizo que provocó la desintegración de la mayor parte del reino. El príncipe Aury notaba algo extraño en nuestro protagonista Maverik, y le preguntaba de manera inquisitiva si reconocía al hombre que acabó con el reino del desierto. 

El joven cuenta que es Seferis, su antiguo compañero de la escuela, y que se lo encontró en la Zona Marítima convertido en un espíritu peligroso. Sin embargo, se da cuenta que lo que recuerda se entremezcla con sus recuerdos, entre el Maverik de la «Otra línea» y el Maverik del presente, dónde se encuentran ahora.

Ostor interrumpe la historia para preguntar a nuestro héroe si era el chico al que «había ido a buscar Greena». Ante esta pregunta, el príncipe, que extrañamente era un ladrón, explica que la chica había estado en Monstak y que se había marchado, acompañada por unos «magos azules» con un reloj inscrito en la túnica. Geradt apostilla que esos son «magos del tiempo» y que si había sido enviada a la Otra Línea, probablemente ya hubiese muerto. 

En ese momento entra en escena un villano secundario, del que nada se sabía hasta ahora. Ljocy, un mago-bufón con una fuerte inspiración en Kefka, amenaza a Aury, pues ya lo conoce. El príncipe afirma que es el consejero del Rey de Éilerenn y le acusa de ser el artífice de la destrucción de Monstak. Ljocy no lo niega y tienen un rápido combate, dónde es derrotado por Maurik y sus aliados. Antes de marcharse, llama a Maurik «stygma» y le amenaza con volver a encontrarse.

Con la conversación finalizada, Ostor se une oficialmente al grupo y pueden continuar hasta el Puerto de Aquaria, al parecer el único puerto comercial entre la Isla de Analeen y el resto del mundo conocido. El pueblo era inexplorable, todo estaba cerrado y sólo había un lugar al que ir: el puerto, que albergaba un navío propiedad de un PNJ llamado «el Capitán». Este rudo individuo se negaba a viajar a Hannub (el continente al que iban a viajar) si no pagaban la friolera cifra de 10.000 guiles —la verdad es que desconozco si en este punto era posible reunir una cantidad tan alta con la oferta de combates aleatorios—.

No les quedaba otra que pagar a tocateja; ya en camino hacia Hannub, Maverik y Aury compartían un «flashback» en el que ellos dos, junto con una persona adulta desconocía, jugaban en un acantilado que parecía ser la tierra natal de Aury. Este «chico alto», como estaba tipificado en la caja de texto, afirmaba que Maverik no sabía usar sus «habilidades stygma» porque era un modelo muy nuevo y desconocido. No sé qué quise explorar con esta revelación, pero claramente estaba robando la trama de Yitán Tribal y su condición como genome. Sin mayor contratiempo, Maverick, Aury, Geradt y Ostor llegaban a Puerto Crex; su viaje se truncaba en un inesperado socavón en la tierra, cerca de los pantanos, y el grupo desaparecía en una caverna misteriosa. 

Más el foco ya no estaba en ellos: el juego continuaba con el grupo de Eva, Hiro y Lany, en la Sala del trono de Analeen. Pero eso ya es otro capítulo…


Este artículo pertenece a serie de publicaciones en las que Starkvind narra su primer intento de juego.

Photo by Maria Sanchez from Pexels

Por Maurick Starkvind

Aprendiz de escritor desde siempre, rolero empedernido desde los trece y nintendero desde los cinco. Empecé en esto de la creatividad porque no había dinero para los salones recreativos.

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